Ilustre Colegio de Abogados de Las Palmas

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Información sobre el Ilustre Colegio de Abogados de Las Palmas

El Colegio de Abogados de Las Palmas se creó en la segunda mitad del Siglo XVIII, para congregar a unos profesionales que ya venían ejerciendo en la ciudad desde principio del siglo XVI.

La Administración de Justicia permanecía estancada, a pesar del crecimiento económico y social de las islas. Su competencia en razón de la cuantía de los pleitos no estaba en consonancia con el desarrollo económico del archipiélago, ya que los canarios cuando los pleitos eran de relativa importancia, tenían que dezplazarse ante la chancillería de Granada, con los costos que ello representaba. Los Reyes Católicos intentan resolver la situación y conceden el fuero a Gran Canaria en el año 1.494. Este fuero es pieza fundamental de nuestro Ordenamiento Jurídico, ya que en él se perfilan los primeros trazos sobre la organización interna y procesal de los Tribunales de Justicia de Canarias. Dispone el Fuero de Gran Canaria en sus ordenanzas las reglas sobre el ejercicio profesional exigiendo a los abogados un examen previo para acceder al ejercicio, de la responsabilidad y negligencia, honorarios,etc

Casi un siglo más tarde, el siete de Diciembre de 1.526, se crea la Real Audiencia de Canarias. Carlos V, comprendió que el Archipiélago debido a su crecimiento económico, necesitaba que la Administración de Justicia fuese más accesible para los isleños, quedando configurada la organización judicial en cuatro Instancias, señalando su competencia en relación a la cuantía de los pleitos. Existen escasas noticias en cuanto a la ubicación del que habría de ser nuestro primer edificio, ni cuando se instaló en él la Audiencia, pero se deduce que ya en 1.567 tenía su sede en lo alto de la plaza de Santa Ana. Casi trescientos años permaneció la Audiencia en la casona frontera a la catedral. Pero en la noche del 29 de Marzo de 1.842, un terrible incendio, al parecer provocado, destruyó el edificio y su archivo municipal. Pasó entonces el Tribunal a ocupar la casa que fue de la Inquisición, situada en la calle López Botas.

A lo largo de todo este tiempo, el deseo de los abogados de Las Palmas de constituirse en Colegio se consideró como una anhelada meta por al que trabajaron y lucharon durante largos años, hasta alcanzarla en 1.766. Nuestros abogados deseosos de formar colegio, ordenadron sus estatutos y constituciones, estableciendo las reglas que contemplaron convenientes para su buen régimen y gobierno. En tal empeño, se dirigieron a la Real Audiencia, apra que nombrase a uno de sus Ministros que asistiese y autorizase la primera Junta. Fue desgnado para este eventos el Decano del citado Tribunal y a su casa acudieron los abogados, el día 9 de diciembre de 1.763, y en ella se dio lectura a los Estatutos, que no fueron aprobados hasta 1.766.

El espíritu de los Estatutos, revist una carácter piadoso-profesional; es una mezcla de congreagación religiosa y de gremio. Los redactores, no dejaron ni un resquicio por elque pudiera penetrar un abogado que no fuese Cristiano. Algo muy importante se les escapó a los letrados que promovieron la creación del colegio, y es que se prohibiera expresamente, ejercer a los no incorporados. Para poner remedio, solicitaron un Real despacho aclaratorio que les fue concedido el 28 de Junio de 7.771, el ámbito del Colegio se circunscribía a la "ciudad capital", que era tanto como decir a toda la isla.

A pesar de haber logrado plasmar en sus Estatutos las normas que regirían el ejercicio profesional, el deseo de los fundadores de adquirir casa o solar donde edificar su Sede, no se vio nunca cumplido. Las Juntas se celebraban hasta la segunda mitad del siglo XIX, en la casa posada del decano a la que concurrían los pocos colegiados que formaban la corporación. El Decano López Botas solicitó, en el año, para que se inaugurara una sala en lo alto del edificio de la Audiencia, ubicado en el Convenio de los Agustinos, donde se permaneció durante noventa años. Sólo entonces comenzó a estar dignamente alojada la Corporación. Se conserva en el archivo de nuestro Colegio, un manuscrito llamado Códice Carolino, que comprende los documentos de mayor interés para la historia de la primera época del gremio. Se trata de la disposición más antigua sobre el Colegio y podemos dividirla en dos partes: un Preámbulo que recoge el deseo de los abogados de Las Palmas de erigir su sede colegial; y por otro lado transcribe las Ordenanzas o Estatutos aprobados.

Pero este largo y arduo proceso, culmina en el mes sde diciembre de 1.986, cuando se inaugura nuestra Casa Palacio como sede del Ilustre Colegio. El edificio data del sigle XVI, y perteneció a la familia Westerling y Manrique de Lara. Está ubicado en el Barrio antiguo de Vegueta y es, sin muy nobles proporciones, magnífico por todos los conceptos y decorado con sobria elegancia. Muchas visicitudes hasta lograrlo, pero el anhelo de los fundadores y el mandato de los primitivos se ha cumplido.

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